El muro de LinkedIn

LinkedIn, una red profesional

LinkedIn se equivocó en su estrategia.

Muchas son las quejas que he ido escuchando en las últimas semanas sobre las publicaciones que se comparten en una red social que, según el entendimiento de las masas, es una plataforma de contactos profesionales y, hasta cierto punto, para buscar trabajo. O eso es lo que creíamos que nos vendían desde el principio, pero quizás estábamos equivocados. Puede que quisiéramos pensarlo, aunque su apartado ‘Sobre nosotros’ reza lo siguiente:

Te damos la bienvenida a LinkedIn, la mayor red profesional del mundo con 400 millones de usuarios en 200 países y territorios de todo el mundo.

Parece que no, que no era cosa nuestra. Aunque los pasos que está dando en los últimos meses esta red de profesionales sea precisamente para hacerla más social. Además de los profundos cambios en los grupos, probablemente para reactivarlos y multiplicar la participación de los más de 400 millones de usuarios que tiene, también hizo más fácil agregar contenido multimedia a los perfiles o conectar directamente con Slideshare, que pertenece a LinkedIn desde 2012.

Todo esto fue para incentivar el uso de la herramienta. Pero lo que verdaderamente motivó que los usuarios empezaran a usar el muro de forma diferente fue, por una parte, el sutil cambio en las actualizaciones, que ahora nos pregunta ¿En qué estás pensando?, dando lugar a que los usuarios se sientan más libres a la hora de compartir para todos, y por otra, la potenciación de su plataforma de blogging, que hace que los usuarios puedan compartir publicaciones más largas.

A estos cambios se le suman las estadísticas más inmediatas y completas, lo que permite al usuario comprobar si sus acciones van teniendo éxito y seguir intentándolo. Y como cada vez se muestran más tipos de publicaciones, como cambios de puesto, fotografías nuevas o aniversarios, y se le da más importancia a la parte visual con imágenes más grandes, al final, lo consiguieron.

¿LinkedIn o Facebook?

¿Pero qué consiguieron? Lograron que los usuarios, poco a poco, se sintieran cómodos en LinkedIn. Eso es muy bueno, claro que sí. Pero esa comodidad mal entendida se vuelve en su contra. Cada vez se comparten más actualizaciones, y estas son más variadas. Post interesantes sobre el sector en el que cada uno trabaja, noticias sobre empleo y, poco a poco, se ha ido diversificando la temática hasta encontrarnos con el típico «un chiste no hace daño a nadie», «no estéis tan serios» y, por último, la foto de tu comida de hoy. Y de ahí al cielo, no hay límites.

Imágenes con frases, tan típicas de internet en los últimos años; infografías para ser más efectivos, más profesionales o mejores compañeros; apoyo a grandes causas; experiencias personales con marcas. Todo vale.

LinkedIn no es Facebook
No confundas el muro de LinkedIn con el muro de Facebook.

Todo eso sumado a que aparecen las recomendaciones y los comentarios que nuestros contactos hacen en otras actualizaciones. También los nuevos contactos que hacen nuestros contactos. Y las recomendaciones de la propia red para que conectemos con personas que supuestamente conocemos. Al final, foto de comida.

Si bien es cierto que disponemos de una pestaña (casi imperceptible) que diferencia entre actualizaciones principales y recientes, esto no soluciona el problema de que cada día usemos más nuestro perfil para temas demasiado personales y que se parezca, paulatinamente, al muro de Facebook, olvidándonos por completo de que se trata de una red profesional. ¿O no era eso?


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