Si eres comuunity manager o quieres serlo en un futuro próximo, las tareas que te cuento a continuación son casi obligatorias en el día a día del profesional. Son funciones que se desarrollan a lo largo de la jornada laboral, cuyo tiempo empleado varía en cada empresa, para cada marca y dependiendo de las necesidades de cada una.
Guarda un poco de tu tiempo cada día para realizar las siguientes acciones, porque todas ellas forman parte del trabajo del community manager en la actualidad, al menos en España y en la mayoría de empresas. En la mayoría de ocasiones, los roles que definimos los ejecuta una misma persona, ya que los recursos de las empresas no son suficientes para contar con un content manager, un community manager, un content curator, un estratega, un copy, un redactor creativo, un analista de redes sociales y otro web y un vigilante de seguridad.
Como sabemos que eso no es así, os preparamos para que a la hora de la verdad no os sorprenda. Estos son los roles que, normalmente, tendrá que desempeñar el mal llamado community manager:
- Curación de contenidos: es una labor esencial la de encontrar contenido de interés entre la amalgama de contenido que encontramos en la red. Es ingente la cantidad de posts y artículos con los que nos topamos navegando, y no todo sirve. Ni siquiera un 95% (aproximado y medido a raíz de mi trabajo diario) de todo el contenido nos vale para nuestras redes o para crear contenido. Por eso, hay que especializarse en cribar mucho y bien. Herramientas como Feedly, las alertas de Google o las propias redes sociales nos van a ayudar con esta labor.
- Revisión de perfiles / Atención al cliente: cuanto mayor es nuestra comunidad, más tiempo tenemos que dedicar a la labor de atención al cliente, responder a usuarios, interactuar con nuestros seguidores. En cualquiera de los canales en los que tengamos presencia puede haber una interacción, una mención por algún motivo (preguntas, sugerencias, quejas, agradecimientos, etiquetas, etc.) y es interesante que mantengamos relación con todos o la mayoría de ellos, para que se cercioren de que efectivamente somos activos en las redes sociales.
- Monitorización y búsqueda: no solo respondemos e interactuamos con los usuarios que mantengan relación directa con nuestros perfiles, sino con todas aquellas alusiones que se hagan en la red y que encontremos gracias a las búsquedas, las alertas (con Mention o Google Alerts, por ejemplo) y a los paneles que tengamos activados para controlar lo que ocurre alrededor de nuestra marca (por ejemplo, con las distintas columnas de Hootsuite).
- Participación: después de esta monitorización de todos los canales en los que tengamos presencia y los que no, actuamos. Debemos mantener conversaciones no solo con quien nos menciona o hace alusión a nosotros, sino que hemos de proponer conversaciones, es decir, procuramos iniciar diálogos con usuarios o incluso marcas: preguntas, encuestas, a través de contenido interesante, conflictos (sin caer en el error de que pueda volverse en contra), o haciendo alusión a contenidos de terceros.
- Publicación y programación: normalmente, además de interactuar, tenemos contenido propio o ajeno que difundir. El contenido propio, una vez creado, hay que difundirlo. Esto podemos hacerlo mediante mecanismos de SEO a largo plazo, del email marketing, de agregadores y también, cómo no, a través de las redes sociales. Cada formato de contenido se difundirá a través de uno o varios canales, no teniendo siempre que coincidir ni que cubrir todos y cada uno de los canales que utilicemos. Asimismo, utilizamos contenido de terceros para tratar aquellos temas que guarden relación con nuestra empresa o marca y así posicionarnos, siempre que tenga sentido. La publicación puede ocuparnos momentos concretos del día laboral si lo prevemos con antelación y programamos el contenido en los horarios adecuados. Es preferible programarlo de forma diaria o con una amplitud algo mayor, cada varios días. Así, el resto del día lo concentraremos en otras tareas. Eso sí, siempre hay que ser lo suficientemente flexibles como para poder publicar contenidos puntuales o de última hora en cualquier momento: los horarios no son rígidos.
- Creación de contenidos: aunque a priori no se trate de una tarea propia del community manager, lo cierto es que en la mayoría de empresas es esta figura la que realiza esta labor. Contenidos escritos, imágenes, infografías, audiovisuales, presentaciones… no todos son iguales, ocupan el mismo tiempo y tienen los mismos objetivos. Por eso, gracias a la calendarización y previsión, a un buen plan de contenidos, podremos cumplir con esta tarea.
- Campañas y calendarización: con dicha previsión y organización en nuestra agenda de lo que vendrá, podremos llevar a cabo las diferentes campañas de la marca. Encajaremos así los mensajes de dichas campañas, el contenido creado en exclusiva para ellas, y trabajaremos en los objetivos planteados a medio y largo plazo. No solo se trata de sacar publicaciones diarias, sino de que estas sigan un patrón, un storytelling, en definitiva, que persiga el cumplimiento de una estrategia trazada.
- Analítica: quizás no sea estrictamente necesario analizar diariamente cada una de nuestras cuentas y los resultados de nuestras acciones, pero sí hemos de estar continuamente comprobando si nuestros mensajes, si las campañas y nuestro contenido tienen repercusión, cuánta tienen, cuáles son los horarios adecuados y los formatos que mayor impacto tienen, cómo es nuestra comunidad de seguidores… Es una de las tareas fijas del community manager.
- Prescriptores e influencers: al igual que mantenemos un contacto frecuente con cada usuario, lo hacemos con especial dedicación si se trata de prescriptores de nuestra marca o influencers del sector. Nuestra relación con ellos ha de ser constante, sin caer en el extremo.
- Aprendizaje: como función obligatoria en el día a día del community manager está el aprendizaje. Cada día, nacen nuevas herramientas y nuevas funciones para las distintas redes sociales. Hemos de estar actualizados y ser continuos investigadores.